El proceso de auditoría de calidad necesita que la organización destine recursos humanos, tecnológicos y financieros. En respuesta, se espera que este proceso de auditoría de calidad agregue valor real a la gestión y a la marca. Aunque por definición, toda auditoría debería ofrecer valor, sabemos por experiencia que este no es siempre el caso.

 

Pero, ¿qué se entiende por valor agregado? En Q-VER entendemos de forma precisa este concepto. Por supuesto, a lo que nos referimos con él es a obtener la mejora del sistema de gestión de la calidad de modo evidente y sostenible.

Pero también, el concepto de “valor agregado” hace referencia a cualquier cosa que tenga una utilidad, que sirva para algo. Por ello el proceso de auditoría de calidad debe agregar valor no solamente a al sistema de gestión de la calidad, sino también a toda la organización y a las partes interesadas.

Estudios Integrales

La cuestión clave ahora es cómo obtener ese valor del proceso de auditoría de calidad.

Uno de los objetivos de implementar un sistema de gestión de la calidad es agregar valor a la marca, a través del logro de objetivos estratégicos. Cuando la organización, a través de la alta dirección, recibe información de los auditores sobre la mejor forma de alcanzar objetivos de negocios, sobre problemas de calidad identificados, o, por el contrario, oportunidades de mejora en áreas de alto riesgo, esa organización encuentra valor en el proceso de auditoría de calidad.

La organización obtiene beneficios que representan valor al:

  • Identificar oportunidades de mejora en distintas áreas.
  • Al optimizar la capacidad de proporcionar productos conformes a sus clientes.
  • Mejorar su imagen y la credibilidad entre sus proveedores, empleados y otras partes interesadas.

Es importante entender que la capacidad que tenga un SGC de agregar valor de esta manera depende en gran medida del grado de madurez del mismo sistema junto con el nivel de madurez alcanzado en “cultura de calidad en la organización”.

El auditor puede realizar algunas acciones para asegurar que su tarea resulte de utilidad para la organización y para otras partes interesadas en el SGC. Algunas de ellas son:

  • Planificar la auditoria, comprendiendo las expectativas de la organización, su cultura corporativa, los resultados de auditorías anteriores, las evaluaciones de riesgos específicos para el sector y el tiempo destinado para la auditoría.
  • Definir una técnica de auditoría que le permita al auditor enfocarse en los procesos antes que en los procedimientos. Asimismo, una adecuada técnica permite al auditor concentrarse en los resultados antes que en los registros.
  • Tener en cuenta los siete principios de gestión de la calidad, sobre los que ya hemos hablado en algunos de nuestros artículos anteriores.
  • Poner los hallazgos en perspectiva acudiendo al sentido común.

En Q-VER, somos conscientes que la auditoría interna es un factor clave de mejora continua en un sistema de gestión de la calidad, así, como contar con auditores altamente capacitados significa una gran oportunidad de agregar valor a los procesos de auditoria.

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